viernes, 15 de abril de 2011

Carta a mi hijo homosexual.

Hijo mío quisiera comenzar este escrito, esta carta,  esta primera hoja diciéndote que aunque sé muy bien que eres producto tal vez de mi imaginación, yo soy una más, soy el resultado de los deseos, sueños, ilusiones y esperanzas de muchos que no tuvimos un padre presente en nuestras vidas, ya sea por muerte, divorcio, abandono o el que nos tocó se limitó a proveer materialmente nuestro cuerpo más anduvo como ente ajeno a nuestro mundo olvidándose de nutrir nuestras almas, esto te lo escribo a ti, que deseaste un padre fuerte pero amoroso, uno que te guiara y te diera un consejo viable en el andar; que fuera directo, breve, acertado, claro y conciso; así bien amado mío si te encuentras lleno de dudas, confundido, permíteme brindarte los consejos de alguien que se ha planteado el propósito de darte una palabra a tiempo, como lo haría cualquier padre pero sin empacho ni prejuicio alguno no esperes encontrar en estas letras soluciones a tus problema (…)
(…) Deberás amarte por completo, cuidarte y respetarte como creación perfecta, para que en un futuro con toda firmeza, seguridad y sinceridad puedas decirle a alguien más que lo amas porque sólo así sabrás lo que es amar.  Tu eres especial, único , valioso, y así deben verte los demás pero no lo harán si es que tu no lo ves primero y hasta que no lo sientas y estés lleno de pies a cabeza  de la certeza de ello no tendrás el valor suficiente para afrontar y confrontar ante los demás este reto vivencial, ahora bien mi niño, te digo, te prometo que todo por difícil y duro que parezca estará bien, es arduo el camino , no todo es diamantina y arcoíris en este nuestro andar pero con voluntad y fortaleza podrás llegar muy lejos y pintar tu existencia de color que te venga en gana, con todos sus matices y en la intensidad deseada, hoy que lees esto te aseguro cada una de las lagrimas que has derramado a causa de ser quien y como eres, te serán devueltas convertidas en sonrisas y multiplicadas! . Puedes elegir vivir pleno o reprimido, y será tu decisión decirlo o no, pero de ello no dependerá tu estabilidad emocional, y el clóset solo será un recuerdo y el lugar donde guardes tu genial ropa y un lugar triste y oscuro donde te escondías de la realidad. Pues bien hijo mío déjame terminar esta carta diciéndote que sólo se vive  una vez, que el tiempo pasa rápido y la vida parece un suspiro, que lo único que no tiene perdón es que la desperdicies llenándola de miedo y de prejuicio, nadie dijo que era fácil así que animo y adelante! Se sincero, ama y se feliz que a eso venimos a este mundo.


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® FRAGMENTO de: Carta a mi hijo homosexual, propiedad de Wilfrido. 
Elihe la leyó recientemente y deseo compartirla por los secretos que 
encierra y  por mostrar el mundo desde la fantasía interna de la aceptación.
Recordemos que el respeto al derecho ajeno es la paz.

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