Fantasmas. Oh Sae Young dice en su libro de poética que: he reconocido oficialmente su muerte, pero la verdad es de que él ya ha muerto en mi. Quienquiera que sea ese hombre ya vive con los difuntos. Tengo mis muertos personales; cargo con un peso de ellos como un parche cosido en mi chaqueta, en la suela de mis zapatos. Tengo un fantasma personal; uno de cabecera, uno que no se aparta y que solamente lo hará cuando me decida yo misma a tomar la poción de la muerte.
Pienso que los muertos, aquellas personas que dejan de vivir, no mueren sino que en realidad nosotros los dejamos morir en el olvido de nuestras mentes. Y eso es lo mejor, se le recuerda como fue en vida y los momentos alegres que pasaste con ellos pero ya hasta allí no hay de que tener remordimientos.
Como les digo tengo mi muerto personal, uno que muere justamente cuando uno aprende a nacer, ... él ha muerto en mi y por eso es tan difícil darle cristiana sepultura. Viene con la llegada del sueño, de mi sueño, y se instala placidamente en mi vida, ya he aprendido a verlo, y más que a verlo a percibirlo con mi 13vo sentido... ahora sí como diría el niño de la pelicúla: veo gente muerta.
La primera ves que vino recuerdo perfectamente que fue una señora, y no precisamente la llorona, una señora a la cual nunca le hablaba por que nunca quise hacerlo y vino precisamente a informarme sobre su muerte y lo que ocurriría después y efectivamente paso como ella dijo. Desde esa ves ella me acompaña.
Así que los fantasmas no se van, siguen dentro de nosotros esperando a que los saquemos a la luz, a que los dejemos revivir en una de nuestras actividades cotidianas y mientras esperan ese momento seguirán muriendo en nosotros. Mientras tanto sigan leyendo y nos vemos el próximo viernes.
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Ely Muñoz no se queja de la vida
fantasmagórica que le ha tocado vivir.
Muy al contrario está orgullosa de poder
soñar y hablar con los muertos mientras
se prepara para ser fantasma de cabecera de alguien.
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